ENERGÍA TÉRMICA:
Encender un ordenador, iluminar nuestra casa o mantener frescos los
alimentos de nuestro frigorífico, son acciones cotidianas que las
podemos hacer gracias a la energía eléctrica. Dicha forma de energía es la más empleada por el ser humano en su rutina diaria, pero, ¿sabemos qué es, de dónde proviene y cómo se genera la energía eléctrica?
La energía eléctrica es causada por el movimiento de
las cargas eléctricas (electrones positivos y negativos) en el interior
de materiales conductores. Es decir, cada vez que se acciona el interruptor de nuestra lámpara, se cierra un circuito eléctrico y se genera el movimiento de electrones
a través de cables metálicos, como el cobre. Además del metal, para que
exista este transporte y se pueda encender una bombilla, es necesario
un generador o una pila que impulse el movimiento de los electrones en
un sentido dado.
Siguiendo el principio de conservación de la energía en el que se indica que ésta no se crea ni se destruye,
sólo se transforma de unas formas en otras, se explica que la energía
eléctrica pueda convertirse en energía luminosa, mecánica y térmica. A
esto hay que añadir su facilidad con la que se genera y se transporta.
No obstante, y a pesar de ser una de las energía más utilizadas por el
ser humano debido a su aplicación en una diversa gama de productos y
aparatos cotidianos, esta energía tiene la dificultad de almacenar la electricidad.
Este inconveniente provoca que la oferta tenga que ser igual que la
demanda. Como consecuencia, es necesario ya no sólo una coordinación en
la producción de energía eléctrica, sino también entre las decisiones
que se tomen para llevar cabo una inversión en la generación y en
transporte de dicho bien.
Hoy en día, los transportes, supermercados, empresas, industrias y la mayor parte de los hogares del mundo dependen del suministro de energía eléctrica. Sin embargo, satisfacer esta demanda global está comenzando a pasar factura al medioambiente
del planeta. La generación de energía eléctrica se sigue obteniendo, en
gran medida, por la quema de combustibles fósiles (petróleo, gas y
carbón). Esta combustión está expulsando a la atmósfera gases
contaminantes, como el dióxido de carbono, el cual es considerado por
muchos científicos como el responsable del recalentamiento de la Tierra.
En este mismo grupo de fuentes de energías no renovables, se encuentran
las centrales nucleares, las cuales siguen despertando
gran preocupación por el almacenamiento a largo plazo de sus residuos,
así como por la posibilidad de que se produzcan accidentes que acarreen
la liberación de agentes radioactivos al entorno. Ejemplos como el de
Chérnóbil (Ucrania) y Fukushima (Japón) ponen la voz de alarma sobre las
graves consecuencias que pueden tener para el medio ambiente y la
sociedad. En este sentido, cada vez es más frecuente que los gobiernos
de diferentes países comiencen a apostar por el desarrollo de energías
renovables como la eólica y solar.
Vía: http://twenergy.com/energia-electrica/que-es-la-energia-electrica-381
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